GRASAS, COLESTEROL Y NUESTRO CEREBRO

by - octubre 06, 2019

GRASAS, COLESTEROL Y NUESTRO CEREBRO

Hasta hace unos años era irrebatible la idea que las grasas saturadas y el colesterol  son perjudiciales para la salud. Existía el consenso que para no promover y facilitar la aparición de enfermedades cardiovasculares el consumo de grasas en la dieta debía ser por debajo del 10%.





La idea tiene origen de la famosa pirámide nutricional que ya todos nos sabemos de memoria, la que nos dice qué debemos comer para tener una dieta "saludable y equilibrada". Esta pirámide tiene sus orígenes en Estados Unidos en los años 50' cuando el Dr. Keys quién planteaba la hipótesis que el exceso de grasa era la causante de las elevadas tasas de infartos y enfermedades cardiovasculares en los Estados Unidos. El Dr Keys comenzó a recoger datos de países, cómo se alimentaban y el porcentaje de enfermedades. En el 53' publicó el famoso estudio de los 7 países en el cuál concluía que “cuanto mayor es el consumo de grasas en la dieta, mayor es el número de muertes por arteriosclerosis y enfermedades cardíacas”. Tiempo después se encontró que el doctor en realidad tenía datos de 22 países y solamente publicó los que correspondían y avalaban su hipótesis. Paises como Francia donde el consumo de mantequilla es muy alto, presentan buenos índices de salud cardiovascular, también está el caso de España que luego que su economía mejorara en 1964 al 1991, la gente comenzó a consumir muchas mas carnes y se redujo el consumo de carbohidratos en el cuál mejoraron los niveles de hipertensión y bajaron los casos de accidentes cerebrovasculares. 




La Cochrane Collaboration publicó que se analizaron los 48 estudios más sistemáticos y rigurosos realizados hasta la fecha y concluyen que: en dietas donde se reducen las grasas; No hay evidencias claras de menores índices de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes en las dietas bajas en grasas. Las dietas bajas en grasas se asocian a una modesta reducción del peso, IMC (índice de masa corporal), colesterol total y LDL. Sin embargo, no varían los valores de presión arterial, HDL  y triglicéridos.
Existen varias revisiones importantes como es este otro metanálisis del 2014, en donde se analizaron 32 estudios observacionales con 512,420 personas y 27 estudios aleatorios y controlados con 105,085 personas. Los autores concluyen que "La causalidad entre las grasas y las enfermedades cardiovasculares, sencillamente no ha podido demostrarse de forma definitiva, a pesar de la gran cantidad de estudios realizados"

LA IMPORTANCIA DE LAS GRASAS


Se conoce que cerca de la mitad de nuestro cerebro y sistema nervioso está compuesto por ácidos grasos complejos de cadena larga. Estos también se utilizan en las paredes de nuestros vasos sanguíneos. La mitad de las membranas celulares están formadas por grasa saturada. Su alta estabilidad y resistencia a los radicales libres las hacen ideales para la protección de las células. Juegan un papel clave en la salud de los huesos, ya que sin la presencia de ácidos grasos saturados el organismo no puede fijar el calcio en los huesos. Mejoran el sistema inmunitario, no en vano la leche materna tiene 50% de grasa saturada. El consumo de grasa animal permite asimilar las vitaminas liposolubles A, D, E y K.

El cerebro humano concentra la mayor parte del colesterol del cuerpo por lo que no parece lógico que una dieta baja en grasa y en colesterol sea lo más conveniente para la salud. Se han encontrado algunos estudios que asocian un comportamiento más violento y mayor riesgo de suicidio a aquellos con menores niveles de colesterol. Bajos niveles de colesterol también pueden impactar en el
rendimiento cognitivo. Según datos del gran estudio FraminghamHeartStudy, las personas con un nivel de colesterol ‘deseable’ (<200 mg/dL) tuvieron peor desempeño en varias pruebas cognitivas (fluidez verbal, atención/concentración, razonamiento abstracto, etc) que aquellos que tenían un nivel considerado actualmente ‘alto’ (200-239mg/dL) o ‘muy alto’ (>240 mg/dL). En personas mayores se repite esta asociación. Mayores niveles de colesterol están relacionados con mejor memoria, menor riesgo de demencia y menor mortalidad.

EVOLUCIÓN


Hasta el paleolítico dónde aún eramos cazadores-recolectores nuestra alimentación era casi en su totalidad proveniente de animales. Así se explica que no haya existido una sola sociedad que sea estrictamente vegetariana y longeva al mismo tiempo. La especie está perfectamente adaptada a consumir alimentos de origen animal.
La importancia de las grasas y proteínas para el correcto funcionamiento del organismo se contrapone a algunas de las corrientes alimentarias modernas como es el veganismodietético. Y es que desde un punto de vista evolutivo el Homo sapiens no es un animal herbívoro, es omnívoro con una tendencia al carnivorismo dado el pasado evolutivo. Muchos académicos están de acuerdo en que las grasas saturadas y la proteína animal cumplieron un rol fundamental en la evolución del Homo sapiens.
Desde el tamaño de los intestinos y cerebro, así como las funciones metabólicas óptimas necesarias para alimentar energéticamente al cerebro, evidencian que la cetosis (metabolismo a base de grasas) es el estado fisiológico que predominó durante miles de años en algunas poblaciones por lo que se puede considerar para muchas personas un estado natural y óptimo.












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Grasas, cerebro y evolución: Grasas, cerebro y evolución. Lic. Marcel Montano Pérez

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